LA IGLESIAS EN LAS CASAS
Al ver la televisión y asistir a las congregaciones me siento decepcionado, de ver que no se predica la verdad. Me duele ver como obligan a pagar diezmos, a hacer pactos económicos con Dios al estilo de las antiguas indulgencias, con el único propósito de buscar beneficios económicos; me duele ver como combinan la ley con la gracia diciéndole al creyente que todo es pecado y que pueden perder la salvación por cualquier cosa. Todo eso sucede porque las iglesias se salieron de las casas.
1 Corintios 16:19 Las iglesias de Asia os saludan. Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa, os saludan mucho en el Señor.
Colosenses 4:15 Saludad a los hermanos que están en Laodicea, y a Ninfas y a la iglesia que está en su casa.
Romanos 16:5 Saludad también a la iglesia de su casa. Saludad a Epeneto, amado mío, que es el primer fruto de Acaya para Cristo.
Filemon 2 y a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa:
Como podemos observar en los anteriores versículos, la iglesia primitiva se reunía en las casas. Pero, la iglesia dejó las casas para reunirse en edificios que albergan a cientos y a miles de personas perdiendo el objetivo divino.
La iglesia primitiva perseveraba en: 1) la doctrina de los apóstoles, 2) en la comunión unos con otros, 3) en el partimiento del pan y 4) en las oraciones (Hechos 2:42) porque ese era el objetivo de congregarse.
Pero ese objetivo ha sido cambiado por las denominaciones religiosas, que han convertido las congregaciones en centros de entretenimiento y en un mercado del evangelio. Analicemos este objetivo:
Ya no se persevera en la doctrina de los apóstoles (palabra escrita) sino en la doctrina del pastor, en lo que cree el pastor aunque sus creencias contradigan la palabra de Dios. De acuerdo a estas enseñanzas ya no hay que bautizarse para completar la salvación. La palabra del hombre está por encima de la palabra de Dios. Ahora se puede comprar la gracia pactando con Dios y muchas cosas más que contradicen la palabra de Dios.
No hay comunión unos con otros. No se estudia la palabra de Dios en comunión, sino que el pastor recita una predica sin mencionar los versículos sobre los cuales basa su prédica. Y nadie puede participar con sus opiniones. Y casi nunca esa predica es una enseñanza bíblica, sino más bien una palabra de motivación.
Ah, y primero hay que aguantarse un grupo musical por una hora o más tiempo, muchas veces estruendoso, para que “motive” a los congregados.
No hay partimiento del pan como lo ordenó Jesús (1 Corintios 11:23). Celebran la Cena del Señor una vez al año ¿Para qué estar recordando que Jesús dio su sangre por nosotros y para que recordar que Jesús viene pronto?
No hay oración, no hay testimonios, no hay peticiones personales. Nadie sabe las necesidades espirituales ni materiales de los demás
¿Y qué de los bautismos? Enseñan que el bautismo no es un requisito para la salvación, tal y como lo enseñó Jesús (Marcos 16:16), lo enseñó Pedro (Hechos 2:38) y lo enseñó Pablo (Romanos 6:3-5, Colosenses 2:11-13, Hechos 22:16), sino que es una simple ordenanza, razón por la cual bautizan una vez al año.
Eso sí, no pueden faltar el cobro ilegal del diezmo y los pactos ilegales para con Dios que plantean los pastores del evangelio de la prosperidad.
Hebreos 10:24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; 10:25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
El otro propósito de congregarnos es para estimularnos en el amor y las buenas obras que Dios preparó de antemano (Efesios 2:10), exhortándonos en la palabra, sabiendo que la segunda venida de Cristo se acerca.
Eso no se da en las congregaciones actuales. Hay una total contradicción en cuanto a la venida de Cristo y el rapto de la Iglesia. Hay pastores como Cash Luna que dicen que no hay que perder el tiempo en esas enseñanzas porque no habrá rapto.
La idolatría, la apostasía y el ecumenismo retumban como un eco en casi todas las denominaciones religiosas, llámense católicas o evangélicas. Y los cristianos caen en el engaño.
Si tu iglesia está en una casa, entonces la llaman “célula”, no la llaman iglesia, porque para los nuevos líderes evangélicos cuando hay pocas personas reunidas, eso no es una congregación, contradiciendo totalmente las palabras de Jesús que dijo: “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. (Mateo 18:20)
Obviamente las religiones o denominaciones religiosas, casi todas ella sectas, prefieren e imponen el modelo jerárquico institucional para no perder los ingresos millonarios que reciben por diezmos y ofrendas. Y hacen lo posible para desacreditar a las reuniones cristianas que se hacen en las casas.
Sin embargo una de las verdades ineludibles que las religiones no quieren admitir, es el hecho de que la Iglesia del Señor Jesucristo nació en el aposento alto, que era la casa de varios de los apóstoles (Hechos 1:13).
1 Corintios 12. 27 Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular
Todo hijo de Dios debe saber y comprender una gran verdad, que todos los creyentes bautizados somos parte del cuerpo de Cristo, que todos somos la iglesia que se reúne en todo tiempo y todo lugar.
El problema radica en que muchos creyentes confunden iglesia con los edificios religiosos, porque eso es lo que les han metido en sus cabezas.
Si consideramos los motivos por la cual bíblicamente los cristianos deben congregarse (enseñanza, predicación, oración, cena), lamentablemente vemos que las congregaciones en los edificios se han extraviado de los objetivos, para irse detrás de objetivos mundanos, haciendo de las reuniones un centro de espectáculos y convirtiéndolas en un mercado indulgencias moderno.
Apocalipsis Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; 18:5 porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades.
La voz que sale del cielo no nos ordena quedarnos en esas instituciones religiosas, todo lo contrario, nos ordena salir de ellas para no ser parte de sus pecados y para no recibir parte de sus plagas, porque sus pecados han llegado hasta el cielo, Dios se ha acordado de sus maldades y el castigo viene pronto.
A muchos les agrada la institución religiosa con su formato jerárquico, y se aferran fuertemente a ella hasta que son defraudados o estafados y obviamente la decepción no solo los aleja de la institución sino que también dejan de lado la vida cristiana, con el riesgo de perderé su fe y por lo tanto su salvación. Y les agrada su congregación, porque no tienen que vivir para Cristo:
2 Corintios y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
El propósito por el que Cristo murió y resucitó, es para que vivamos para él. Lo que eso significa es que nuestros propósitos deben ocupar un segundo plano para que los propósitos de Dios ocupen el primer lugar. Pero eso no se enseña en las iglesias. Y los creyentes no sienten esa necesidad de vivir para Cristo porque el 90% de ellos no tienen el Espíritu Santo que es quien nos da sed de Dios.
Han sido engañados que con una pequeña oración “aceptando a Cristo”, van a recibir el Espíritu Santo, pero esa es una mentira del diablo.
Ni reciben el Espíritu Santo ni son lavados de sus pecados a menos que se bauticen (Hechos 2:38, 22:16). Y que se bauticen, eso sí, con ese propósito, no con el propósito de cumplir con una ordenanza.
Es notorio, que la congregación según las Escrituras difiere ampliamente de lo que hoy se ve en todas las religiones evangélicas.
Debemos aprender en primer lugar a diferenciar la “Iglesia” de la “congregación”, porque no son sinónimos, sino que una es consecuencia de la otra.
El vocablo “Iglesia” es un vocablo, que de mala manera, comúnmente es utilizado por la religión para asignarlo a un espacio físico donde se practican reuniones o cultos cristianos.
En el viejo Testamento existían templos, existían religiones, pero no existía la iglesia. El termino iglesia fue usado por primera vez por Jesús en el nuevo Testamento (Mateo 16:18) cuando le dijo a Pedro que edificaría la iglesia y que a él le daría las llaves del reino de los cielos.
Cuando Pedro y los apóstoles recibieron el Espíritu Santo, ese día Pedro predicó por primera vez y se inauguró la iglesia.
No se inauguró ningún edificio, lo que se inauguró fue la iglesia, y ese día fueron agregadas más de 3.000 personas a la misma (Hechos 2:41). De hecho, esas 3.000 personas también fueron agregadas al reino de los Cielos. Al creer y bautizarse (Hechos 2:38) fueron trasladas en sentido espiritual del reino de las tinieblas al reino del amado hijo de Dios (Colosenses 1:13).
La Iglesia es el fruto de la predicación del Evangelio en las congregaciones o fuera de ellas. Muchas personas dicen: “vamos a la casa de Dios” para referirse al lugar de reunión, como si la casa de Dios fuese ese edificio. ¿Qué dice la Biblia?
Hechos 17: 24 El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, 25 ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.
Dios no habita en los templos o edificios hechos por los hombres, el habita en el espíritu de cada miembro del cuerpo de Cristo que es la iglesia ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? (1 Corintios 3:16).
La Iglesia es una y las religiones muchas, cada una con sus doctrinas humanas, sus preceptos, sus dogmas, sus declaraciones de fe y sus rudimentos.
Jamás debemos llamar Iglesia a las religiones, jamás diga “iglesia católica” o “iglesia evangélica” o “iglesia mormona” o “iglesia de los testigos de Jehová”, porque eso es una blasfemia.
Los hijos de Dios, los que han nacido de nuevo (Juan 3:3-5) son la Iglesia, no las religiones, no los edificios, no las doctrinas humanas, no la cizaña, no el ecumenismo.
LA EDIFICACION DE LA IGLESIA
1 Corintios 3:9 Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.3:10 Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica.
El apóstol Pablo dice que todos estamos en la obligación de cooperar en la edificación de la iglesia, siendo la iglesia un edificio espiritual (no material).
En un edificio en construcción los albañiles se dedican a edificar ¿Qué pasaría si los albañiles dejaran de trabajar y se dedicaran a cantar canciones o dedicaran el tiempo a otras cosas? La construcción se detendría y eso es lo que está sucediendo, la edificación de la iglesia está en suspenso porque no hay albañiles trabajando.
Penosamente los cristianos están tan llenos de preceptos, dogmas y doctrinas religiosas preconcebidas, han perdido los parámetros bíblicos de cómo hacer y conducir una congregación.
Hoy la única diferencia entre la mayoría de los los cristianos y los mundanos, es que los cristianos se reúnen un par de horas los fines de semana, ya sea para conseguir algo de Dios o para según ellos, cumplir con sus responsabilidades en la edificación del cuerpo de Cristo. Eso es un engaño del diablo.
Extrañamos sobremanera las Iglesias en las casas, aquellas que tenían el mismo sentir. Extrañamos las primeras obras, la sana doctrina, y el alejarse de los ruidos para adorar en Espíritu y en verdad con los hermanos en Cristo.
La Iglesia está dormida, debido a ello tenemos como resultado al núcleo familiar destrozado, familias cristianas particionadas por el divorcio, cristianos sumidos en las actividades del mundo, justificando un esfuerzo humano por sostener una familia y olvidando por completo que si trabajan para Cristo, Dios les suple todas sus necesidades (Mateo 6:33) sin Cristo.
Se ve a la juventud cristiana viciada del mundo, del alcohol y de las drogas, eso es lo que deja la religión. Es lo que sucede cuando no tenemos el Espíritu de Dios, porque se ha dejado de lado la enseñanza que se fundamenta en la palabra de Dios.
Apocalipsis 2:4 Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor 2:5 Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.
El Señor nos pide que “volvamos a las primeras obras”, ¿Cuál fueron las primeras obras? “las Iglesias en casas” y el “vivir para Cristo”.
Hechos 4:32 Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. 4:33 Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. 4:34 Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, 4:35 y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad.
Lea con cuidado, en el verso 34 dice “que no había en la iglesia primitiva ningún necesitado; ni uno solo. Todo lo que poseían era de todos. Eran iglesias en casa en donde todos se conocían y todos sabían la necesidad de los demás. Compartían el estudio de la palabra y todo lo que tenían. Que diferencia de la iglesia actual, hay que rogar para que den una ofrenda.
La mayoría de los creyentes al igual que los miembros de la iglesia de Efeso son producto del despojo religioso. Se necesita regresar a las iglesias en las casas, porque con la participación de todos en el estudio de la palabra de Dios es que podremos ver la verdad, podremos despojarnos de la religiosidad y ser la verdadera iglesia que vive para Cristo.
A pesar de las grandes dificultades y del trabajo y del compromiso que esto significa tenemos que buscar lo mismo que buscaban los primeros cristianos, perseverar en la sana doctrina, perseverar en la oración, “volver al primer amor”, al amor mutuo por suplir la necesidad de los demás, , amar al hermano como a uno mismo, buscar la unidad, la convivencia Espiritual, fortalecer Espiritualmente a las familias, enseñarles a despegarse de la religión, enseñarles a que hay un camino que es Cristo.
¿Cómo se hace? Se comienza con la familia, luego se invitan otros familiares, amigos y vecinos. No hay que ir a otras comunidades, cada comunidad debe tener su propia iglesia, si la congregación va más allá de los límites de la vecindad, entonces volvemos a la religión y a lo que no se debe hacer.
Apocalipsis 3:20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Obviamente no es fácil, se requiere mucho esfuerzo, compromiso, pero una cosa tengo por cierta, que el Señor Jesús responde, si realmente le buscamos. Dispongámonos en tiempo y en amor. Tengamos iniciativa, esforcémonos para atraer miembros a nuestra pequeña iglesia en casa.
Hay mucho que corregir, prácticamente todo. Vivimos en un período de ignorancia en las Escrituras y de una la falta tremenda de oración.
Eso se debe al hecho de que las denominaciones religiosas están dirigidas por hombres que no se conforman a las palabras de Jesús, hombres que no saben nada, envanecidos, corruptos de entendimiento, privados de la verdad, que han tomado el evangelio como fuente de ganancia, apártate de los tales (1 Timoteo 6:3-5) que enseñan la doctrina de la prosperidad para vivir a costa de los fieles.
La orden del Señor es que nos apartemos de los tales, que salgamos de esos edificios de buena apariencia, pero llenos de demonios por dentro, son como sepulcros blanqueados. Debemos salir de esas denominaciones religiosas, debemos limpiarnos de toda religiosidad y volver a las casas.
La Iglesia no debe reunirse solo los fines de semana, sino varios días a la semana, en familia, no importa si solamente hay dos o tres reunidos, recordemos que Jesús estará en medio de ellos.
La verdadera Iglesia debe edificarse sobre el fundamento de los apóstoles y de los profetas del antiguo testamento, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo (Efesios 2:20), y no sobre la palabra del hombre y sus falsas profecías.
Tenemos que volver al inicio, la iglesia tiene que regresar a las casas, ese es el propósito de Embajadas del Reino. Y ese es el mensaje que hoy tengo para ti.