top of page

LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO


En entregas anteriores hablamos acerca de lo que sucederá cuando se abran seis sellos, se toquen siete trompetas y se vacíen las siete copas de la ira. Hoy hablaremos de la segunda venida de Cristo y el final del anticristo.

Apocalipsis 19:1 Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; 19:2 porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella. 19:3 Otra vez dijeron: ¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos. 19:4 Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya!

La gran ramera fue juzgada y en el cielo todo es alegría. Ya no habrá quien enseñe una mentira, ya no habrá quien enseñe a idolatrar imágenes. La gran ramera ha sido quemada y el humo sube por los siglos de los siglos. Todos adoran a Dios porque se ha hecho justicia.

Apocalipsis 19:11 Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. 19:12 Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. 19:13 Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. 19:14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. 19:15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. 19:16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.

Mientras tanto en la tierra se prepara una batalla. Es posible que cuando se confirme el pacto de paz, Israel se ve obligado a desarmarse a cambio de que le permitan la reconstrucción del templo. Siete años después de la firma de esa paz, el anticristo con todos los ejércitos de los países que conforman el nuevo orden mundial ignorarán el tratado y se dirigirán a Israel para acabar de una vez por todas con el pueblo escogido de Dios.

Pareciera que se van a salir con la suya, pero Dios no lo va a permitir. En un momento se abre el cielo y aparece un Jinete que cabalga sobre un Caballo Blanco. Este jinete es nuestro señor Jesucristo, que viene a juzgar y a gobernar la tierra. Es EL VERBO DE Dios, su vestidura está teñida de sangre por el sacrificio hecho en la cruz. Es el REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. La espada de doble filo que sale de su boca es la Palabra de Dios, que tuvo el poder de crear los cielos y la tierra y por supuesto, el poder para acabar con cualquier enemigo que se le oponga. Además nuestro Señor no viene solo, lo acompañan los ejércitos celestiales vestidos de lino finísimo que simboliza la santidad efectuada por la sangre de Jesús en los que componen ese ejército. Ese ejército no es ni nada menos que la iglesia que fue arrebatada, que ahora regresa con Cristo para gobernar el planeta.

Apocalipsis 19:17 Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, 19:18 para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. 19:19 Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército.

El anticristo está decidido a acabar con Israel, pero Jesús aparece con su ejército y el anticristo cree que puede hacerle frente y dirige sus baterías hacia Él.

Apocalipsis 19:20 Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. 19:21 Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.

El anticristo y el falso profeta son capturados y echados en el lago de fuego que arde con azufre. Los demás serán muertos por la palabra de Dios. Ninguno de los que fueron sellados quedarán con vida, todos serán eliminados.

Apocalipsis 20:1 Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. 20:2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; 20:3 y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.

El ángel que tiene las llaves del abismo, prende a Satanás y lo encarcela por mil años, para que no perturbe el gobierno milenario de Cristo. Satanás ha perdido todo derecho sobre la tierra y Jesús pasa a ser el Señor de ella. Satanás será apresado y enviado al abismo durante mil años. Después de los mil años será desatado por un tiempo.

Apocalipsis 20:4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. 20:5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.

Se nos muestra ahora la resurrección de los creyentes que murieron durante la gran tribulación, aquellos que no adoraron a la bestia ni a su imagen y que prefirieron ser ejecutados antes que ser sellados con la marca del anticristo. Éstos, al igual que los que fueron resucitados en el arrebato serán resucitados para que gobiernen con Cristo en la tierra.

Los cuerpos de todos los que fueron sellados con la marca de la bestia, que adoraron a la bestia y que por supuestos fueron exterminados, permanecerán en sus tumbas durante el gobierno milenario de Cristo.

Apocalipsis 20:6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

Bienaventurado el que tiene parte en la primera resurrección, ya no morirá nunca jamás. Cristo gobernará sobre la tierra durante mil años y en ese milenio, vivirán dos tipos de personas: 1) los creyentes que lograron sobrevivir a la gran tribulación, quienes se multiplicarán durante este gobierno y serán personas normales, que nacen y mueren y 2) los que fueron resucitados y gobernarán con Cristo, que serán personas inmortales.

Apocalipsis 20:7 Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, 20:8 y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. 20:9 Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. 20:10 Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.

Habrá millones de habitantes nuevos sobre la tierra, consecuencia de esa procreación en el milenio, habitantes que nunca habían sido tentados por Satanás ni probados de manera alguna. Esa es la razón por la que Satanás será soltado por un poco de tiempo luego de los mil años, para probar la fidelidad de los nuevos habitantes de la tierra.

Y Dios tiene razón, Satanás se jugará una última carta y logrará convencer a millones de personas para ir a una batalla, con el propósito de destronar a Jesús, quien tendrá su domicilio en la ciudad de Jerusalén.

Entonces Dios enviará fuego desde el cielo que consumirá a todos los rebeldes. El diablo será apresado nuevamente y enviado esta vez al lago de fuego, donde están sus colegas: el anticristo y el falso profeta. Allí será atormentado día y noche, por los siglos de los siglos.

EL JUICIO ANTE EL GRAN TRONO BLANCO

Apocalipsis 20:11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. 20:12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. 20:13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 20:14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 20:15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.

En Apocalipsis 11:18 se habla del tribunal de Cristo, lo mismo que en 1 Corintios 3:13-15. El juicio de ese tribunal es exclusivamente para los creyentes que fueron arrebatados, no para castigarlos sino para otorgarles galardones por el trabajo que hicieron en la tierra llevando personas a Cristo. Y es que Dios no se acordará de los pecados de los creyentes (Hebreos 10:17), porque Cristo hizo el pago por ellos.

En Apocalipsis 20, se habla de otro juicio, del juicio ante el gran Trono blanco y este juicio es para todos aquellos que rechazaron a Cristo. Estos serán resucitados para ser juzgados y lanzados al lago de fuego por todos los pecados que hay en sus libros. Esta es la muerte segunda, de la cual no formará parte ningún creyente que tenga su nombre inscrito en el libro de la vida, aquel que creyó en Cristo y se bautizó (Marcos 16;16) cuando fue llamado.

NUEVO CIELO Y NUEVA TIERRA

Los infieles han sido condenados y enviados al lago de fuego. Es hora de hacer nuevas todas las cosas.

Apocalipsis 21:1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. 21:2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.

Un cielo nuevo y una tierra nueva, una nueva Jerusalén, que vendrá directamente del cielo. Un nuevo génesis, un nuevo comienzo. Ahora, morará la justicia.

Apocalipsis 21:3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. 21:4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.

El gran momento ha llegado y Dios vendrá a morar con los hombres. El mismo enjugará toda lágrima de sus ojos y ya no habrá llanto, muerte ni dolor, pues el que causaba estas cosas ha sido eliminado.

Apocalipsis 21:5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. 21:6 Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.

El Señor dijo en la cruz: “Consumado es” porque la base de la redención había sido establecida y el sacrificio había concluido en la cruz. Ahora Dios dice: “Está hecho”, la redención ha sido completada, los redimidos se encuentran a salvo, en su hogar, no queda nada por terminar. Jerusalén será el hogar de los redimidos. Lo único que se nos pide para estar en ella es tener sed porque nada en la tierra nos satisface. Ahora encontramos algo que contrasta y que es una referencia a los que no serán admitidos:

Apocalipsis 21:7 El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. 21:8 Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

Los vencedores vivirán con Dios eternamente en la tierra. Recordemos que de acuerdo a Apocalipsis 12:11 los vencedores son los que 1) fueron lavados en la sangre de Cristo al creer y bautizarse (Marcos 16:16), 2) testimoniaron de él, esto es hablaron a otros de Cristo y 3) despreciaron sus vidas hasta la muerte, con tal de vivir para Cristo. Los perdedores no vivirán con Dios en la tierra, sino que tendrán su parte en el lago de fuego. Estos son 1) los cobardes e incrédulos; aquellos no creyeron en el evangelio o se avergonzaron de testimoniar de Cristo, 2) los abominables u homicidas, aquellos que con sus falsas enseñanzas desviaron a muchos de la verdad y les impidieron alcanzar la salvación 3) los fornicarios, hechiceros e idólatras, aquellos que traicionaron a Dios con falsos dioses y adoran las imágenes de falsos dioses y a los falsos dioses. Y aquellos que sustituyeron el evangelio por la hechicería y las falsas religiones y 4) los mentirosos, aquellos que enseñaron una mentira en lugar de la verdad.

Lo que sigue a continuación en el capítulo 21 y 22 del libro de Apocalipsis es una descripción detallada de la Nueva ciudad de Jerusalén.

Por último, Dios termina garantizando de que debemos creer en esta profecía porque es fiel y verdadera (Apocalipsis 22:6-7) y advierte que si alguno añadiere palabras a la profecía, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en ella (Apocalipsis 22:18) y si alguno quitare de las palabras de la profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en ella. (Apocalipsis 22:19)

Las escrituras no mencionan fecha alguna sobre cuando dará inicio la semana setenta. Lo que nos da son señales para entender que el tiempo está cerca. Una de ellas es el regreso de Israel a la tierra prometida, otra el resurgimiento del imperio romano en el nuevo orden mundial. Otra, la presión para que se firme el tratado de paz con Israel. El incremento en las plagas, los terremotos y desastres naturales, son otra de las señales.

Usted puede tomarse el tiempo que quiera para obtener la visa al cielo y evitarse con ello el tener que pasar por la gran tribulación y lo más importante: asegurar su salvación. Yo solo le recuerdo, que lo único que necesitamos para morir es estar vivos y podría ser que al terminar este día ya no estemos en este planeta.

Entradas destacadas
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
No hay etiquetas aún.
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • YouTube Social  Icon
bottom of page